sábado, 5 de septiembre de 2009

No confundas

Hola, soy Millana y desde muy niña, y comparándome con los demás, he sido consciente de que le faltaba algo a mi personalidad, el punto final, el broche de oro. La cosa es que yo no tengo manías, me observo celosamente y no encuentro ninguna. Esto se suele interpretar como que paso de todo, soy descuidada, que no otorgo su verdadera importancia a las cosas. Esto crea suspicacias.

Enumero aquí las manías que me dejan más picueta, las que a veces envidio.

-El libro recién comprado.
Las personas que la padecen tratan los libros procurando que parezcan siempre nuevos, te advierten que no los abras del todo, que se pliega el lomo. Por ese motivo esta gente deja de prestar sus libros: porque una vez le devolvieron uno de tal manera que parecía que alguien lo había leído.

-Blisters.
Mi prima no tenía muñecas, en realidad sí, y muchas, pero todas en sus cajas originales y alineadas en la estantería que estaba frente a su cama para poder mirarlas y gozarlas antes de dormir, supongo.

-La pegatina protectora de la pantalla del móvil.
A algunas personas puede durarles intacta años o el tiempo suficiente como para acumular los puntos necesarios para cambiarlo por otro teléfono más moderno, con su pantalla y pegatina mas grande.

-Doblar los tangas.
Vale, primero coges la tira del extremo derecho y lo pliegas hacia el centro, haces lo mismo con el extremo izquierdo, luego doblas el extremo de abajo sobre los plieges anteriores y cuando tenga la forma y el tamaño de un mechero Zippo lo guardas en el cajón. Sí, es fácil. Pero no lo entiendo.

-Los comics en fundas de plástico colocados en la estantería.
A no ser que seas un coleccionista especulador no comprendo cómo te parece bien que cada vez que quieras leer uno de tus tebeos tengas que despegar con las uñas la tira de celofan de la bolsa, sacar el comic y dejar la bolsa vacía y estirada en algún sitio con cuidado para que el adhesivo no se doble sobre sí mismo, y después de leído volver a enfajar el comic en la bolsa procurando que en el intento no se arrugue ningún extremo.

-El lado de la cama.
Sí, eso lo determina los útiles objetos que contiene la mesilla de noche pero la frase "Ahora déjame ahí, que ese es mi lado" es una de las cosas más tristes que he escuchado nunca.

-No me toques la cara.
A ver, yo lo entiendo, los poros del cutis no tienen por qué convertirse en cubos de la basura que hay en las manos ajenas, pero hay límites.

-Alineaciones.
La mujer de mi padre tenía un salón y en el salón una mesa y en la mesa tres objetos colocados en diagonal, un portavelas cenicero de vidrio en un extremo, un platito lacado en el centro y otro cacharro frágil al final de la línea. Una vez al limpiar el polvo cambié la diagonal, en términos de photoshop eso se llama imagen/rotar lienzo/voltear lienzo horizontal. De inmediato y alarmada ella me preguntó:
-¡Pero ¿por qué lo pones así?!
-Pero ¿por qué lo pones así? Le contesté.
Y mientras nos mirábamos a los ojos, con el rabillo que proporciona la visión periférica vimos pasar matorrales rodantes.

Tengo una amiga, la Diosa Tonante (que por cierto tiene una manía buenísima, dobla las bolsas del mercadona hasta formar una cuña. El dilema es: Tiempo o espacio. Ella elige.) que es famosa por sus acertados consejos y sentencias, una de ellas me ha acompañado desde los 17 años como un mantra: "No confundas la estulticia con el misterio", pues bien, tiempo después me inventé su continuación: "y no confundas la sensibilidad con las manías". Son buenos consejos que nos damos las amigas entre nosotras, porque los necesitamos, no por nada.



Concurso: Comparte tus manías con Mildred, a la manía mas cautivadora le regalamos una camiseta. Bases ante notario.

22 comentarios:

lachiado dijo...

La parte de alineaciones se merece una continuación. Yo quiero saber cómo acaba la historia. Qué visual, qué tensión, qué razón tienes...

La Menor Intención dijo...

Una manía en mi caso, o fijación, o cosa de hacer que no puedo evitar hacer, o que refreno con dificultad, es tocar orejas ajenas.

Desde niño he manoseado las orejas de mis seres queridos. Incluso lo he hecho con los pies, cuando me tenían tumbado en el tresillo y molestaba a mi tío chema tirándole de los lóbulos con los pies (tengo los pies bastante prensiles, cosa de la que no presumo lo suficiente).

Eso es algo que con los años se ha suavizado, pero sigo sabiendo la textura de las orejas de todas mis amistades. Al menos consigo tocárselas una vez. No sé si es algo sexual, yo más bien diría que está vinculado al ejercicio del afecto.

Un novio que tuve, más bien orejón, lo odiaba a muerte, y es que le hacía "el patito", es decir, le doblaba las orejas plegándolas como si fueran el pico de un pato, a veces diciendo cuac.

Supongo que es más una compulsión
que una manía, pero yo la relato.

Manías como tales, pocas.

Bueno, me ponen nervioso los vasos llenos de agua. Siempre que me sirvo, me pongo medio. Si quiero un vaso entero me sirvo dos veces. Si me llenan un vaso del tiro, me enfado y me irrito. Pero claro, cómo voy a decir que me enfado porque no quiero un vaso lleno sino dos medios vasos consecutivos?

Violeta dijo...

Quiero saber si puedo participar con más de una manía. Mientras me invento la gran historia que me va a hacer ganar este concurso igual tengo que ir practicando con vulgaridades.

Anónimo dijo...

Puedes.

Anónimo dijo...

No te será facil superar la manía del medio vaso de Hector pero debes intentarlo.

Unknown dijo...

Mi manía más manía es la de colocar las cosas en la cinta del supermercado. Tiene que estar todo encajado en plan Tetris, sin ningún espacio libre, y, por supuesto, nada de ir poniendo las cosas anárquicamente en la cinta. Orden, por favor, orden. Es a lo único de mi vida a lo que lo aplico, eso si.

Una chica de mi trabajo también dobla las bolsas de plástico en forma de cuña. "Es muy útil, ahorras mucho espacio".

Aunque en este campeonato va a ganar mi compañero de piso en cuanto abra la boca.

kokoro dijo...

Mildred, me encantas.
De pequeña pase muchos años andando siempre de puntillas, SIEMPRE, sin darme cuenta. Hasta una vez intentaron quitarme la manía haciendome andar con los talones, jajaja, por cierto, supercomplicado eso de andar con los talones, eh?. Fue suavizándose con el tiempo, por ejemplo, con 15 años, andaba normal (creo), pero corría las pruebas de gimnasia de puntillas (sin saberlo, me lo decía mi profesora). Y ahora mismo creo que sólo ando de puntillas cuando subo y bajo escaleras y cuando llevo un recipiente con cuidado para no derramar el contenido. Pero igualmente es lo que me dice la gente, yo ni idea...

Anónimo dijo...

Determinar el ganador/a de este concurso va a ser mas complicado de lo que me imaginé.

Violeta dijo...

Mia manías son de lo más simple y ni siquiera sé si alcanzan categoría de manía. Puertas bien cerradas y encajadas mientras duermo, cerrar los botes de gel que otros se han dejado abiertos en la ducha, negarme a comer chicles orbit si no son dos raciones las que puedo morder.

Me siento muy poco especial, la gente con manías es encantadora (aunque a la larga pueden llegar a ser un verdadero coñazo). Por eso tengo la manía de copiar manías a los demás. Allá donde veo un atisbo de genial locura voy yo y me lo llevo conmigo. De este modo copié a mi amigo R. la manía de encender el secador antes de dormir (pues el sonido metálico le relaja), dar tres palmadas y media vuelta cada vez que paso por delante de un espejo (como mi amiga G.) y hundir el dedo en el bote de la vaselina Gal de otras personas, para dejar mi huella dactilar y un boquete jodedor en los productos cosméticos ajenos. Esta última no sabría decir exactamente a quién se la he copiado, somos muchos los amantes de dicha práctica.

Anónimo dijo...

Tengo dos manias asi que tu eliges, y son una verdad como un templo:

Una es que siempre tengo que ir vestida con los tonos de la esvastica, rojo, negro y blanco..... he llegado a comprarme fulares rojos y pendientes por el camino de esos colores para llegar impecable a algun sitio, me abrieron una tienda a las nueve y media de la noche y todo....

Otra es que como me gusta el color rojo, me hice de la casa Vodafone por su color y por su positivo slogan.... vive la vida, vive Vodafone!!!

J. Secall dijo...

Yo me sé de uno que tiene tooodas las que enumeras Millana, tú lo conoces y no soy yo.

Anónimo dijo...

Pues aquí el compañero de piso de Manuel admite efectivamente atesorar una larga cohorte de manías pero me temo que ninguna me permitiría ganar el concurso y además me cuesta hacer una lista porque las tengo ya tan asimilidas que ni me doy cuenta de algunas. Así que mencionaré una bastante tonta que me ha afectado esta misma mañana, no me gustan los cordones de zapatos de fibras artificiales, carajo. Asimismo tengo una lista mental de objetos caseros limpios y sucios, pero supongo que ésta es una bastante común. En fin, creo que muchas manías no son exactamente irracionales sino fruto de la razón llevada a un extremo malsano. Al menos las mías, lo cual les quieta todo el encanto. Lo que me recuerda aquello de... "El horror de Auschwitz es que no es fruto de la irracionalidad sino el resultado de la razón" (J.C. Melich, p.ej.).

Por cierto, he aquí otra "manía": les tengo manía a los que guardan los tebeos y los vinilos con sus fundas de plástico, como mi compañero de piso.

Unknown dijo...

Las del perro ese son manías irracionales, diga lo que diga.

Anónimo dijo...

Lo de la lista mental de objetos caseros limpios y sucios no me ha quedado muy claro, pero me fascina. Que sea racional depende de como reacciones ante unos cordones de poliester, con ataque de furia o con simple fastidio,te recomiendo lo último.

Anónimo dijo...

Ganadora: KOKORO

Lo de andar de puntillas sin darse cuenta me ha cautivado.

Muchas gracias a todos por participar. No ha sido facil decidirme entre tantas manías cautivadoras. Gracias again.

kokoro dijo...

Muchas gracias, otra vez, y otra, y otra :D

Maniáticos anónimos, ahora todos somos un poco Héctor, un poco Violetera y sus amigos, y Manuel y su compañero de piso, y Perla Guitarra también.

Quiero compartir este premio con aquellas personas que me decían que si seguía andando de puntillas las piernas se me atrofiarían y no crecerían, y me quedaría como Toulouse-Lautrec, queríais asustarme y que lo dejara, pero fui más fuerte y al final conseguí la camiseta.

La Reina de la Entropía dijo...

Mmmmmmmmmmm... por alusiones:
Lo de doblar las bolsas no es una manía, porque puedo vivir perfectamente con todas ellas arrebujadas dentro de una, tal y como están ahora. Es más, me jode bastante doblarlas para reutilizar (la forma triangular con el borde remetido es la unica alternativa que se me ocurre a cincharlas con papel celo) cuando yo lo que quisiera es tener una cocina de 50 metros cuadrados, y sacar la basura en bolsas de Agatha Ruiz de la Prada.

Bueno,no la sacaría yo personalmente...Osea...para eso está el servicio, ¿no?

Anónimo dijo...

madre mía lo tarde que he llegado a este post...
yo no lo considero manías, si no actos reflejos, porque las hago sin darme cuenta, y además, es que si no se hacen así... cómo se van a hacer si no???
pero como soy maniaco-compulsiva, voy a poner sólo las menos vergonzosas.

yo duermo siempre en el lado de la cama pegado a la pared. si no hay pared, siempre en el más alejado a puertas y ventanas.

cuando no conduzco, me siento en los coches SIEMPRE en el asiento de detrás del copiloto, y en la antigua casa de mis padres, tenía mi sitio en la mesa, y sólo me podía sentar yo.

cuento los pasos a los sitios, y si me pierdo, vuelvo al sitio inicial, y vuelvo a empezar.
esto a mi madre, le parecía fascinante, como puedes imaginar. salíamos de casa siempre con 20 minutos de antelación, para ir al colegio, por si acaso.
ya de adulta, lo voy controlando mejor.

tengo mi propia taza de desayuno, sólo desayuno en esa, y como la toques, te mato, y la friego yo, aunque la hayas lavado.

los números de las matrículas tienen que tener sentido, si no lo tienen, necesito buscar otra matrícula que lo tenga, o no puedo seguir con mi vida.

tengo que oler, absolutamente todo lo que llega a mis manos. ropa, comida, bebida...

siempre dejo algo de comida o bebida en los platos, o en los vasos. aunque vaya a comer o a beber más, nunca dejo el vaso o el plato limpio.

cuando termino de comer, necesito apartar cualquier resto de comida y los platos sucios de la mesa, inmediatamente. no puedo hacer sobremesa con las cosas ahí en medio, no me concentro y me da un tic nervioso en la pierna.

cuando estoy enfadada o triste, pienso en inglés, y repito mentalmente, siempre en inglés, lo que me gustaría decir en voz alta.

soy muy desordenada, pero mi caos es mi reino. como me cambies algo de sitio, o coloques. me bloqueo, y hasta me paso días sin hablar!

los números de lo que sea, tienen que sumar un número impar, sea como sea, si no, me disgusto muchísimo.

elijo las películas, siempre por su director, miro que ha hecho antes, y si no hay nada que reconozca, no voy a verla, hasta que no vea algo anterior antes.

no puedo tener las canciones de itunes, ipod sin sus carátulas, ni las carpetas del reader, marcadores, etc, sin colocar, si está así, lo borro directamente.

escribo siempre todo en minúscula, porque la mayúscula me resulta antiestética y me molesta, me desagrada, y si lo hago es por pura obligación o para expresar algo que no puedo gritar.

odio que alguien use la misma colonia que yo, si es así, la cambio, porque me agobio oliendo a mi, en alguien que no soy yo.
y no salgo de casa sin colonia, si se me olvida, vuelvo, esté donde esté,o busco una tienda donde la tengan para echarme.

si alguien que no me gusta, o no me cae bien, me toca o me abraza, o me besa, me limpio. procuro hacerlo cuando no me mira, pero a veces no me doy cuenta y lo hago delante de ellos.

siempre limpio los cubiertos en los bares y restaurantes, antes de comer...

las camisetas se doblan de izquierda a derecha.

las bolsas se doblan y se alisan.

las sábanas, toallas, mantas... se doblan con perfecta simetría.

la ropa se guarda en los cajones del armario por prendas de arriba a abajo
arriba: jerseys
debajo: camisetas
debajo: pantalones

y los kleenex usados, tambien se doblan hasta hacerlos un paquetito, nada de un gurruño y al bolsillo.

puedo estar así, hasta infinito, creo que soy la única aquí que ha pasado una temporada en un psiquiátrico! si, yo soy una de esas personas, aunque con el tiempo he aprendido a disimular bastante bien, y hacer la mayoría de estas cosas sin que nadie se dé cuenta.
pero repito, para mi no son manías, es que si no es así, el mundo no va bien!

Anónimo dijo...

Tienes que leer el comic Fun Home de Alison Bechdel, a la autora le pasaba lo mismo que a ti, pero peor.

Anónimo dijo...

Ya van dos chistes de El Roto que marcan mi vida, uno que decía "NACIONALISTAS DEL MUNDO, UNIOS, YA NOS MATAREMOS DESPUES", no recuerdo si al hilo de un subidón de Le Pen en unas elecciones o de más hostias en los Balcanes, y ahora esto de las manías. Qué pedazo de pancarta. Me la pido.

Luarna dijo...

He aparecido aquí por arte de birlibirloque y he de rendirme a tus encantos. Te sigo desde ya.

PS. Doblar las bolsas hasta formar una cuña es una placer que sólo conoces tras practicarlo.

Luarna dijo...

Por cierto, yo como cositas como caramelos y galletas a números impares (y a ser posible, primos).

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