domingo, 18 de octubre de 2009

Chica, chica Vice

Hola, soy Millana la mujer morena, con sus ojos de misterio y el alma llena de pena. Hoy seguiré con el análisis de tipos femeninos, ya no de blogueras sino de otros arquetipos de juventud conterporanea, ese filón. Encuentro en la observación de los usos y costumbres juveniles un nutritivo yacimiento de sorpresas y absurdos gozosos. Incluso lo predecible es sorpresivo si lo coges con dedos amorosos, nunca con pinzas.
Hambre de humanidad lo llamaba Rosa Chacel y yo asiento y apunto que si mi voracidad para estas cosas estuviera dirigida a la ingesta compulsiva de hidratos de carbono padecería un obesidad mórbida paralizante.

No me gusta generalizar si no fuera porque el tipo humano del que voy a hablar busca ser tratado de esa forma. En este caso hablaré de la mujer Vice. ¿Y por qué esa fijación por la mujer? ¿Es por misoginia? ¡Que barbaridad! Las hembras son mas pintureras, lo llevan todo al extremo y dan mas juego siempre ¡Siempre! Además, hablar del hombre Vice sería terriblemente aburrido, sólo son tipos contrahechos con gorra de camionero, pelo estudiadamente churretoso y tatuajes estúpidos.
Bien, la mujer Vice. ¿O debería decir la chica? Quizás, porque una hembra Vice milita conscientemente en una idea arquetípica y simple de la juventud y se considerará chica aunque frise la treintena, para ella se es mujer cuando se claudica, esto es, cuando se deja de salir, se disuelve la pandilla, finaliza la beca de creación o deja de ser dependienta de American Apparel para convertirse en encargada de tienda, es entonces cuando hacerse polaroids tirada en la calzada con el pelo en la cara y chupando el morro de una botella de Jägermeister deja de tener sentido coyuntural y por lo tanto estético.

Mientras tanto la chica Vice vive en un paroxismo de mimesis, gestos que van desde la pose aburrida a la alegría festiva aunque resabiada.
Me fascina el gusto que tiene estas chicas por hacerse fotos comiendo o exhibiendo comida en las manos, cuanto mas hiper calórica mejor, batidos, hamburguesas y pastelitos industriales pop. He aquí una perfecta muestra, nótese el tatuaje de la pizza en la pantorrilla, verdadera declaración de intenciones, no se de cuales, pero alguna habrá.
De la misma forma que mostrarse comiendo es de vital importancia a la hora de escoger sus imagenes de representación, la muchachita Vice necesita exhibir su estado de embriaguez de la manera mas icónica, esto es, tirada en la calle, revolcandose con las medias rotas en un charco de cerveza derramada, la mejor muestra de que saben divertirse como las que mas. También se fotografian las pupitas que se hacen, os ahorro esas fotos y pongo en cambio éstas:
Un chica Vice documenta todo su ocio, no hay fiesta si no ha sido fotografiada de la misma forma que hoy no hay club de moda que no tenga su fotocall. La chica Vice lleva siempre a mano su cámara, tanto para las fiestas como para las tardes de pizza en casa. Ha de quedar constancia del ánimo y la indumentaria que se lleva a cada concierto, a cada cumpleaños, a cada Starbucks. Luego hablare mas largamente de ello puesto que la afición de estas mujeres por la fotografía es mas determinante de lo que parece a simple vista.

Saber posar es fundamental, posar es poner cara de, las muecas escogidas para ese fin reproducen estados de ánimo y con reproducirlos basta. Deben dar cuenta de la alegre rebeldía, del juvenil nihilismo estetizado y del aburrimiento que padece alguien que esta de vuelta de todo.
Atención, aunque coincidan en varios de los puntos no confundamos a la chica Vice con las versiones españolas de fiesteras CobraSnake o las mariliendres Razzmatazz, esas hembras que pugnan por salir en blogs como icanteachyouhowtodoit, pero al mismo tiempo están todas las que son pero no son todas las que están o no están todas las que son, ¿o se decía al revés? Nunca me he aclarado con este dicho popular, la cuestión es que no son pero están, convergen y a veces se solapan. Pero no hay que confundirlas, vale? No se si me he explicado bien, hagan ustedes el esfuerzo de entenderme.
La cosa es que una chica Vice tiene un barnicito mas "punk", la pátina que se adquiere al asistir y consumir ciertos eventos y objetos culturales. Un pasado hardcore puntúa, pero tampoco es imprescindible que el pasado sea suyo, con haber tenido un novio HC basta y sobra. O skater, lo mismo da. Antes de retratarse amorrando birras fueron straight edge por unos meses y saben de lo que hablan. Esta muchacha lo mismo va a un concierto de Fucked Up que va a (y por lo tanto se fotografía en) un desfile de El Delgado Buill, atesora con el mismo esmero un vinilo reeditado de Eskorbuto que unos zapatitos de Miu Miu. Los fanzines diy y los Vogues Francia ocupan estantes contiguos en la Ikea Expedit.

Es fácil distinguirlas, es esa chica que veras en primera fila de un concierto punk haciendo fotos al cantante con una ¡polaroid!

Y de ahí pasamos a los tatuajes, imprescindibles, siempre esta el tipico rayo, estrellitas de cinco puntas, heladitos, cintas de casette o las eternas barras de Black Flag que conviven con los dados ardiendo, calaveras mejicanas, golondrinas en cada hombro y las bolas ocho proverbiales.
Se añadieron las pirámides con ojo, las anclas de popeye, los ases de picas y demás pero, buenas noticias, la uniformidad ya se ha quedado unicamente para el uso de wayfarers y camisas de cuadros rojinegras porque para una chica Vice la idea fundamental es tatuarse (normalmente en los tobillos, empeines y en el 75% del brazo derecho) los items mas tontos posibles, algo que te proporcione distinción asegurada, a saber, un tetrabrick yanki de leche, un cuchillo clavado en un queso, un ladrillo en llamas, conejitos montando en bicicleta, la mierdecita del Dr Slump, corsés de época, un gingerbread men con pene, camaras leica sobre un arcoiris, tu silla de diseño favorita junto con un mono con el casco de Devo y paro porque no quiero dar mas ideas y admito que me fascina:
Claro que recuperar los unicornios y delfines de toda la vida ahora es lo mas, y eso una chica Vice lo sabe bien. El rollo taleguero tambien está en boga, ¿os acordais del Charlot de baston, bigote y bombín? Considerar de culto hoy lo que fue cutre ayer es una consigna juvenil y uno de los puntos claves del libro de estilo Vice.

-Que buena fiesta Oriol pero ¿donde están las tías?
-Están fotografiando la colección de figuras de Lladró de mi madre, ahora vuelven.


Antes mencioné que una gran mayoría de chicas Vice hacen sus pinitos en la fotografía y ansian dedicarse a ello profesionalmente. La chica Vice es modelo y fotógrafa al mismo tiempo y la revista Vice, como muchas otras revistas de tendencias, se nutre de eso. El caso es que estas revistas o pagan una miseria o definitivamente no pagan un duro pero eso no es impedimento, las chicas obvian cobrar porque su primera intención es ser publicadas, no caen en la cuenta de que perpetuando el becariado eterno se cargan la profesión y se impiden a ellas mismas vivir de ello en un futuro. Cuando una chica Vice decida cobrar por su trabajo ya habrán otras chicas Vice mas jóvenes que se ofreceran gustosas a regalar el suyo y los editores de revistas no son tontos, si un vergel de muchachitas les suministran contenidos por la cara, ¿por qué tendrian que pagar?. Las chicas Vice son esquirolas de si mismas pero estan demasiado preocupadas de su ocio para darse cuenta.

Ya termino, ha llegado la hora de reconocer que la chica Vice no existe, me lo he inventado con el fin de actualizar Mildred, que llevaba mucho tiempo en dique seco. Asi que como colofón citaré a un grande: Y recuerden, todo lo que han visto ha sido producto de su imaginación. No le den más vueltas, no tiene sentido.


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