miércoles, 18 de febrero de 2009

El heroísmo de los horteras

Los ayatolahs atómicos están ganando la partida, nuestro sistema de libertades es ahora amenazado por isótopos malignos y un sistema de gazmoñería compartido por los pashdaran iraníes y la Asociación de Familias Victorianas de Australia. Los fariseos colaboran como insiders de los liberticidas y no hay espartanos en lucha con la Tiranía Religiosa. Y es que a veces, entre mi atención superficial a las cosas, descubro tics, pautas culturales, derrotas inadvertidas. No me interesan mucho los gruñidos campeonísimos de Rafa Nadal y los percances de su rodilla, tampoco el jolgorio con que algunos cromañones saludan a nuestra ‘Armada’, ese fotogénico grupo de pijos que pasa diestramente bolas por encima de una red en distintos cosos internacionales. Ahora nos dicen cómo vestirnos, amplían el alcance de sus reglamentos: come esto, piensa lo otro, vístete así... Lo más profundo es la piel, nuestros mapas están todos ahí.


Ya advertimos que el germen del drama está en esa calurosa academia de Manatee County en la que Nick Bollettieri ha diseñado una estirpe de mujeres implacables. Arrasan las Williams, su intimidación marrón, con ese físico potente. Esto no es el suave recreo para señoritas de cuando Suzanne Lenglen, lo que daría por ver a Navratilova, la lesbiana delicada, batiéndose con las bazucas negras. Si el juego se ha hecho más directo, los atuendos también. Y el sátiro de sofá que todos llevamos dentro atisba bajo las falditas.



Y eso que el tenis arrancó con dificultades en los USA, así describe Edith Wharton la cuestión en La edad de la inocencia: «…este último juego todavía era considerado demasiado rudo y poco elegante para eventos sociales, y como oportunidad para lucir bonitos vestidos y actitudes graciosas, el arco y la flecha no tenían igual.» Hemos evolucionado lo bastante como para reparar, ya que no las actitudes graciosas, lo de los bonitos vestidos. Pero el destape tiene los días contados, el ojo censor vuelve con el funeral económico y la consciencia de que the party is over.



La trifulca empezó cuando durante el reciente Open de Australia se decidió multar con mil euros a las tenistas que saltaran a la pista con indumentarias demasiado sexis. Una vieja gloria acartonada de la especialidad, Margaret Court, aplaudió a estos catones australes: «Algunas tenistas salen a jugar con el mismo vestuario con el que irían a la playa. No creo que una pista de tenis sea el lugar adecuado para enseñarlo todo. Las chicas no lo necesitan. Si son buenas en algo, pueden salir guapas sin mostrar demasiado. Si ellas piensan que los espectadores miran sus cuerpos y están pendientes de si llevan o no sujetador, eso puede afectar a su juego». Por juego debía referirse a esa colección de palos con que las niñas nos deslumbran. Y para más INRI, la federación internacional de tenis ha aprobado el uniforme perturbador con que las nativas de Irán participarán en las competiciones y que se describe así: «La indumentaria en cuestión consta de un maghnaeh, especie de capucha para la cabeza, y un chaleco largo confeccionado en tela de algodón que se utiliza por sobre la casaca y los pantalones largos». Que llevarán un saco puesto, vamos. Aquí decimos NO, nos entretienen y apostamos por los escotes boreales, la rica insinuación, la adivinación de mesetas siamesas. Anuncio breve de algodón en el primer servicio. Allí subyacen nuestras formas culturales.

Porque está en juego nuestra superioridad moral. Por eso aquí somos fans de Bethanie Mattek, una incomprendida para la mirada inexperta, pero que exuda –¡y de qué modo!– el perfume de la libertad. Bethanie es una tenista de Minnesota con domicilio en Miami, y si pudiera vivir en Disneylandia seguro que allí sentaría sus reales. Uno adivina la graciosa sencillez que comparte con todas las víctima de las malas ideas. Se ha hecho popular por sus atuendos excéntricos, caracterizados por una feroz antielegancia. La carne opulenta del Imperio deja la impronta de sus despreocupadas lorzas en las naciones liberadas.



No se trata de una ninfa, desde luego, es hortera a rabiar, pero en su exploración del mal gusto hay un coraje sincero, ella misma dice que los tenistas «forman parte de la industria del entretenimiento» y, a falta de un circo cruento, no es escaso obsequio este festival ridículo sumado el gusto nacional por el business. Bethanie maneja por igual registros dispares y puede presentarse como la odalisca de un peplum espacial, la vestal austera, la doncella retro con gasas y veladuras estilo regencia, la zorrita shibuyera, la lolita ocelada o la poligonera feroz… son algunas de sus divertidas encarnaciones. En un mundo tan aburrido la celebramos, sirvan estas palabras como homenaje. Es como si Gary Glitter hubiera sabido manejar una raqueta con una bandana dorada. Complementos que languidecerían ignorados en las perchas de Bershka tienen una segunda oportunidad en su tremebundo armario.

También nos gusta Bethanie porque tiene toda la pinta de comer cosas del mismo color de las ropas que se pone. Podrán no gustarte sus carnes, pero tiene una de esas dentaduras americanas fantásticas. Ella es jovial y describe los distintos adefesios que luce como... funky outfits!.

Pero no es sólo una coqueta mediocridad, hace año y medio se propuso despegar desde el barro de la posición ciento y pico y meterse entre las diez mejores jugadoras del mundo. No lo ha conseguido, pero ya está en el número cuarenta y subiendo, la promoción nos gusta si es meritocrática, y a esa frivolidad suma una esfuerzo de autoconstrucción. Pero si no hay nada que hacer contra tu rival, es mejor afrontar la derrota sin ápice de drama y con el escote bien alto.

Y ahora quieren prohibir todo esto. La nueva moralidad del deporte es enemiga de la felicidad. Si los aberrantes modistos misóginos infestan las pasarelas con trapos antifemeninos, que nadie llame hortera a nuestra heroína. Yo preferiría una genuina olimpiada fascista con sirvientas del walhalla desnudas, Leni Riefenstahl supo verlo. Que se metan por donde les quepa el rollo lánguido de virgen suicida. ¡Te queremos Bethanie!

20 comentarios:

Violetera dijo...

Jajajajaa, me habéis convencido!

Dagarso dijo...

gracias infinitas Clovis! voy a buscar presto subito partidos grabados de esta moza de buen ver, que no conocia, para mis ratos de autoamor. Considerate invitado a alcohol de alta graduacion si algun dia nos vemos las caras ;)

1977 dijo...

A mí la que me ponía burrísimo era Mary Pierce.

Ctrl-manzanita dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
GRACIAS CLOVIS, GRACIAS MIL.
Has sido mi pequeña chispita de alegria en este día feo feo que tengo.

Sin duda tu mejor entrada, déjate de rollos déjate...

Beso grande.

Millana dijo...

Choni style.

MARY GUITAR dijo...

Ay, que bonito este post, me es tan Familiar...
Desde el Mas Allá, los tenistas de renombre se estarán revolcando de la falta de elegancia sobre las pistas y que haya llegado el chandalismo a este deporte tan distinguido...
El lesbianismo y el tenis siempre han ido de la mano...no me escandaliza ya!
Que bien escribe usted Clovis, da gusto leerle de nuevo!

Clovis dijo...

Por partes:

Querida Violetera, gracias por su carcajada, persuadirla es parte de nuestras oscuras metas.

Dagarso, tómote la palabra y espero esos bebedizos de alto octanaje como agua de mayo. Ofrecerte iconos de onán es parte de nuestras oscuras metas.

Mi admirado 1977, coincido totalmente con tu filia, a mí la Pierce me molaba mazo, y ¿no era fea? Compartir esta nostalgia de sátiros contigo es parte de nuestras oscuras metas.

Hola Joako, gracias por tu aplauso, espero que superes pronto tus penas, piensa en la cantidad de cosas bonitas que hay por delante. Reconozco que tengo vocación de pesado, intentaré ser más fresco, más ingrávido, aunque la pesadez solemne sea parte de nuestras oscuras metas.

Gracias Pearl Guitar, comparto sus nostalgias de un mundo más pijo, más de orden, y no con la chusma robando los trofeos. Asúmelo, los ecosistemas de derechas están amenazados. Ignoro el grado de penetración de las comegrietas en el mundo del tenis, pero arrojar luz sobre el fenómeno es parte de nuestras oscuras metas.

Clovis dijo...

Por cierto, en la peli de TOP SECRET ya lo tenían claro

dewinter dijo...

"...porque tiene toda la pinta de comer cosas del mismo color de las ropas que se pone." Me encanta.

Ay, este tenis de hoy en día...Si E. M. Forster levantara la cabeza.

Amfortas dijo...

Clovis, es verdad todo lo que dice. Necesitamos más carne con urgencia/turgencia.

Pero de todos, propongo, para facilitar el juego tanto machos como hembras vistan con ceñidas mallas de una sola pieza con tirantes...
Así veríamos la pezuña de camello para los ninfulófilos y el paquete emergente de los jovenes atlantes mientras aporrean la bola con sevicia, sudor y adrenalina... delicuescente placer Clovis...sugiéralo...
Bienhallado... Espero verle pronto.

Millana dijo...

¿Necesitais mas carne? ¿mas carne para qué? Por favor tápense, tápense porque esto es insoportable, este es el verdadero antídoto contra la lujuria, un plan orquestado para el entumecimiento de los sentidos.
A mi me agrede ver tanto fluido coagulado rosa, me entra cansancio de vivir. Lo mismo para los hombres, el culo de Nadal es magnifico pero de tan enfocado, explotado, ceñido y vendido pierde su condición de nalgas y se convierte en una protuberancia desproporcionada que se mueve.

Y es verdad que la chica me despierta muchísima simpatía por su desfachatez al vestir y su cabezonería al intentar subir de puestos pero ya basta, eso no es heroico, el pundonor hoy en día si lo es.

Tengo ganas de discutir,crear debate lo llaman, se nota? pues quien reciba el guante que se agache, lo recoga, le sacuda el polvo y me lo entregue.

Clovis dijo...

Hola Dewinter, qué estupendo tenerte otra vez por aquí. Si E.M. Forster levantara la cabeza narraría cómo excursionistas de San Francisco juegan a paint ball con suspensorios.

Querido Amfortas, no creo haber reivindicado la carne en este post, sino el "pundonor" ese, la autoconstrucción y el desparpajo. Para el rollo ese que describes ya tienes la muerte de Jacinto de Tiépolo. Además detesto las mallas, mejor los polos de le coq sportif.

Millana dijo...

¡Oh Jacinto,que monada!

Juan dijo...

Clovis, ¿cómo se me pudo pasar esta entrada? Qué saltos entre dimensiones se dan a veces. Casi me entran ganas de volver a ver tenis femenino. Y de investigar a esa americana impúdica.
Millana, cómo discutir eso que dice vd., sugerir, mostrar lo justo. Poco más.

Un abrazo

Anonymous dijo...

Ay, Clovis!

a mí lo que me gustaría es jugar al badmintong o practicar la esgrima, deportes en los que caminar erguido, tener cuello estilizado y rapidez en los movimientos es imprescindible. Pero este mundo tan rudo nos empuja a ordinarieces como el snowboard, el paintball o, peor, los deportes de aventura.

¡No somos de aquí, Clovis, no somos de aquí!

Ninamushi

El Andariego dijo...

Hoy he descubierto sus libretas y me han resultado productos extraordinarios para los tiempos de turbulencias que corren. Estoy firmemente decidido a invertir en ellas gran parte de mis activos.
Un saludo:
Pedro Solbes.

Luis Demano dijo...

Más madera !!!

Indisex dijo...

¡Actualicen o me enfado!

MARY GUITAR dijo...

Desde aquí esta humilde blogueresa pide que se actualice este blog... un beso a ambos y gracias!

Luis Demano dijo...

Fue un desbordante placer compartir las inclemencias climatológicas del 1 de mayo con vosotros!!

ojalá un futuro no muy lejano nos depare nuevas desventuras juntos... ya sabéis que casa mía es casa vuestra... juntos o por separado...

UHHH AAHHH CHÁVEZ NO SE VA!!!!

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